lunes, 10 de junio de 2013

Una temporada repleta de desgracias


La temporada está llegando a su punto culminante.


Mientras otros años estábamos luchando en numerosos frentes que nos hacían tener una tensión e ilusión especial en cada uno de nuestros entrenos, esta temporada la estamos terminando por inercia. ¡Y eso no me gusta nada pero es lo que hay!


Esta temporada la podría considerar como de las peores temporadas de los últimos tiempos. Ha sido una temporada aciaga debido a las múltiples y variadas lesiones que nos han azotado a los miembros de grupo.


Las lesiones acostumbran a relacionarse a cuestiones directamente relacionadas con la aplicación de forma incorrecta de los principios del entrenamiento y a los que siempre estoy atento por seguirlos, pero cuando hago balance de las lesiones, no llego a encontrar las razones por las cuales han podido producirse: problemas pulmonares, hernias, condropatías, etc.



Esta temporada la habíamos planteado diferente que otros años. Mucho más lenta, calmada y tranquila para ir adquiriendo volúmen poco a poco, a la vez que trabajaríamos la condición física de forma larga y progresiva con el objetivo de fortalecer la musculatura general de unos atletas que llegados ya a juveniles, entran en una fase de especialización y incremento del volúmen importante y trataríamos de crear una buena base muscular para evitar precisamente todo este problema de lesiones.


Dentro de la planificación de la temporada habíamos establecido la idea de renunciar específicamente a preparar la pista cubierta y presentarnos "con lo puesto", y trabajar durante toda la temporada para buscar un pico de forma para la época en la que nos hallamos y lograr cotas elevadas en los campeonatos nacionales.


Pues bien, todo ha ido cambiando durante la temporada, y unido esto a la aparición de algunas personas en las que los objetivos no se emparejaban con las del equipo, y aunque han estado trabajando de forma un tanto irregular, ha creado un ambiente un tanto especial en lo que la integración de un grupo se refiere.


 Toda esta suma de circunstancias han llevado a que lleguen los campeonatos nacionales y las mínimas, aunque cerca, no se han logrado (aún queda algún que otro intento) pero parece ser que terminaremos la temporada competitiva con alguna carrera popular por alguna ciudad del territorio.


Mi caso no ha sido alieno a estos problemas, y por otras causas, parece ser que me tocará terminar la temporada detrás de los aparatos quirúrgicos del Dr. Xavier Sant para subsanar una osteocondritis con desprendimiento óseo que no me deja ni hacer vida normal. Mi caso sí que es uno de los que tiene explicación de las cosas mal hechas, mal planificadas y mal aplicadas, y es que ya se sabe que en: "casa de herrero, cuchillo de palo".