Todos cometemos
errores al afrontar una carrera de
10 kilómetros. Ahí
van mis 10 avisos.
1. ¡Colegas, no
tengo plan!
Lo ideal es acudir a
un entrenador para que te haga un plan a medida. Como alternativa, se puede
seguir un plan estándar de una página web o revista especializada. Incluso, si
no gustan estas dos opciones, uno mismo debe elaborar su plan -aunque sea
mental- de lo que debe hacer hasta 'el día D'. Aunque sea malo, siempre es
mejor tener un plan que no tenerlo.
2. Entrenar cada
día como si no hubiese mañana
Las intensidades de
los entrenamientos tienen que ser variadas. Afrontar cada día como una
competición es el camino más rápido hacia el 'sobreentrenamiento' y las
lesiones. Debemos alternar días de alta intensidad -como series y cambios de
ritmo- con otros días de entrenamientos suaves y cómodos. Nuestro cuerpo
necesita ambos tipos de trabajo.
3. Más no es
igual a mejor
A veces la obsesión
por alcanzar un objetivo nos lleva a creer que cuanto más entrenamos, mejor
vamos a estar. Más días de entrenamiento, más kilómetros, más rápido... ¡Error!
Debe existir un equilibrio entre nuestro esfuerzo y el tiempo de recuperación.
Dos corredores idénticos no deberían entrenar lo mismo si uno está de
vacaciones y el otro trabaja 12 horas en el campo. ¡Encuentra tu equilibrio!
4. Empezar 'a
ritmo de etíope'
Este es un error
frecuente tanto en entrenamientos como en competición. En la parte inicial del
entrenamiento nos sentimos bien, por lo que creemos que deberíamos ir más
rápido. En la última parte pagamos el esfuerzo inicial y nos vemos obligados a
bajar el ritmo o llevar el cuerpo hasta extremos insospechados para
conservarlo. Lo ideal es mantener una velocidad uniforme, si acaso en ligera
progresión.
5. Correr, correr
y correr...
Correr el la parte
más importante y específica del entrenamiento. Pero si queremos correr más y
con menor riesgo de lesiones hay que dedicarle cierto tiempo a otro tipo de
ejercicios. Deberíamos dedicar entre el 10 y el 20% del tiempo semanal de
entrenamiento al trabajo complementario: estiramientos, abdominales,
fortalecimiento general.
6. ¡Jefe, hoy no
bebo!
La deshidratación es
un factor determinante en la disminución del rendimiento. Casi nunca recordamos
beber durante los entrenamientos, aunque muchas veces realizamos sesiones de
mucho más de una hora. Además, beber entrenando nos permite habituarnos para
que no nos sienten mal los avituallamientos de las carreras.
7. Los estrenos
para el cine
Cualquier prenda que
utilicemos en la carrera tiene que estar probada al menos un par de veces en
los entrenamientos. De lo contrario, podemos sufrir ampollas y rozaduras.
8. Yo soy de
última hora, ¿y qué?
Si no queremos tener
sorpresas de última hora -olvidar las zapatillas, no encontrar los imperdibles
(paradójico), dejarnos el dorsal en casa...- debemos pensar y preparar
absolutamente todo lo que necesitemos la noche anterior. No sólo evitaremos el
riesgo de olvidarnos algo, sino que dormiremos más tranquilos.
9. No hay fallo,
ya lo miraremos mañana
Cada carrera tiene
sus particularidades y su propio reglamento. Hay que leerlo bien y prever
aspectos como el desplazamiento hasta el lugar de la competición, el aparcamiento,
los horarios de recogida de dorsales, la situación de los baños y otros puntos
de interés. Es bastante habitual encontrar corredores perdidos y desorientados,
que siempre llegan tarde a la salida.
10. Olvidarse de
disfrutar
Algunas veces la
exigencia y la presión que nosotros mismos nos ponemos pueden desviarnos de
nuestra verdadera meta. Aunque las cosas no salgan como tenemos previsto, no
debemos olvidar que una carrera popular no deja de ser una "fiesta del
deporte", donde caben tantos objetivos como corredores, pero todos con uno
en común: el placer de correr.
Vicente Úbeda
(Entrenador de
atletas populares y de élite)